lunes, 27 de mayo de 2013

LOS DESORIENTADOS

Amin Maalouf me ha sorprendido con una novela sensible sobre la historia reciente de su país natal, Líbano. “Los desorientados” es un libro que narra el reencuentro de un grupo de amigos tras muchos años de desconexión. Con esta situación podemos sentirnos identificados muchos. Pero al hilo de este reencuentro, Maalouf nos narra unos hechos trascendentales que ocurrieron en Líbano en la segunda mitad del siglo XX, así como unas profundas reflexiones sobre la condición humana, las relaciones, las estrategias de poder, la religión… 
Se trata, sobre todo, de una obra inteligente, bien narrada y bien estructurada. A nivel técnico, combina la tercera persona con la primera, en un estilo casi epistolar. Esto permite analizar la situación desde el punto de vista del narrador omnisciente y desde el yo subjetivo del protagonista. Muy interesante, es la primera vez que leo algo así. Normalmente las impresiones subjetivas se muestran a través de los diálogos, pero en esta novela se muestran en cartas, correos electrónicos y un diario que el protagonista mantiene al día. 
El grupo de amigos es de nivel cultural alto, lo que permite insertar análisis sobre temas muy diversos. Lo que los une es una visión del mundo y una crisis de identidad que pretenden deshacer a través del reencuentro, volviendo a sus orígenes. Cada uno de ellos ha vivido una experiencia distinta que nos aporta diferentes perspectivas. Muchos de ellos viven en el exilio en diferentes continentes, lo que permite contrastar la visión de Líbano desde fuera y desde dentro. 
Últimamente no encontraba lectura que mereciera la pena terminar (no soy de los que siempre terminan el libro que empiezan a leer, prefiero perder un par de horas que cincuenta). Por eso esta novela me ha caído como agua de mayo, nunca mejor dicho. Un libro lleno de razonamientos y también de lirismo que, sin lugar a dudas, recomiendo.

miércoles, 22 de mayo de 2013

EL REINO DE GRANADA




Al-Andalus estuvo cayendo desde que nació. Esta afirmación es la principal conclusión que saco al estudiar la historia medieval de España. Primero ocurrió la invasión musulmana, que fácilmente avanzó por un estado visigodo desintegrado y débil, donde los nobles locales pactaron su pervivencia a cambio de ciertas concesiones. Después vino el derrocamiento de la familia Omeya en Damasco, el éxodo y el asentamiento de contingentes masivos de árabes en estas tierras. Así nació un emirato dependiente del califato Abbasí de Bagdad. Pronto los Omeyas se sacudieron la dependencia religiosa del califa de la familia Abbasí, que los había derrocado, instaurando un califato independiente con sede en Córdoba. Con el ascenso de Almanzor, una especie de dictador ilegítimo, el califato comenzó a desmenuzarse en reinos independientes, o Taifas. Después vinieron las invasiones de dos grandes imperios del norte de África, los Almorávides y los Almohades. Finalmente, marcando como punto de inflexión la batalla de las Navas de Tolosa (1212), el imperio Almohade se retira de al-Andalus y nace el reino de Granada, cuyas tierras se extienden desde Cádiz hasta Almería, incluyendo a Málaga y Jaén. Como todos sabemos, en 1492 el reino de Granada, cercado y acosado por los castellanos, sucumbió, y con él lo que quedaba de al-Andalus. Este resumen es muy simplista y sólo sirve para establecer un hilo conductor de acontecimientos. Entre todos estos hechos tan diversos que ocurrieron durante casi ocho siglos y que englobamos de forma burda en un único período, hay un solo punto común: la pérdida incesante de territorios a favor de los reinos cristianos del norte.

En el período del reino de Granada también sucedió de esta manera. Granada fue perdiendo territorios progresivamente hasta su desaparición. Al principio, gracias a una hábil política de alianzas y a los problemas internos de los reinos del norte, las fronteras apenas se movieron, pero, a partir de 1481 la pérdida se acentuó. En ese año Muley Hassan se sintió fuerte y dio un paso hacia la guerra. Granada pagaba parias a Castilla como vasallo, lo que aseguraba la paz, por una parte, pero impedía que Granada tuviera un ejército fuerte por otra. La actitud de Muley Hassan fue la siguiente: usemos el oro de las parias para hacer lanzas. Así, en 1481 lanzó un ataque contra Zahara de la Sierra, tomándola por sorpresa. Este ataque fue su perdición. Los cristianos lo usaron como excusa para lanzar todo su poder contra ese reino musulmán que tanto los molestaba, y al año siguiente tomaron Alhama de Granada, en el corazón del reino. Aquí comenzó el declive. La toma le costó el trono a Muley Hassan y a partir de ahí todo fueron luchas civiles en el reino de Granada, y campañas castellanas que fueron moviendo sus fronteras hacia el interior. Cada año los cristianos se comían una franja del territorio y los granadinos no tenían más remedio que capitular. 

¿Cuál fue el problema? Que los cristianos golpearon contundentemente con un solo puño, mientras que los granadinos permanecían divididos. Cada alcaide intentaba resistir de forma aislada a los intentos de toma y no se organizaba un único ejército común con fuerza suficiente para resistir. 

Finalmente, Granada se vio reducida prácticamente a la capital, que sentía los estragos de la presión demográfica de los habitantes de los lugares conquistados. Cayó en 1492, pero su sentencia de muerte estaba dictada mucho antes, al igual que la de al-Andalus en conjunto. 

Para ilustrar la entrada, pego unos párrafos de mi novela donde se recogen estas ideas:

  ...Malic Alavez continuaba aturdido pero escuchaba con atención las sabias palabras de su amigo. 
    -El problema está en nuestro pueblo -prosiguió Lentin-. Los rumíes golpean siempre en la misma dirección mientras que nosotros permanecemos divididos en nuestras alcazabas, intentando salvarnos de manera individual -el alcaide de Moclín agachó la cabeza, avergonzado por no haber acudido a la llamada de socorro. Muhammad Lentin percibió la actitud de culpa de su viejo amigo-. No te culpo por tu conducta, tal vez yo en las mismas circunstancias hubiera actuado igual. Precisamente ahí es donde reside el origen de nuestros males -hablaba con desánimo-. Ahora estoy convencido de que nos acecha la perdición definitiva, Al Andalus ha estado cayendo de la misma manera durante siglos. 
    -Todavía podemos hacer algo para torcer nuestro destino -reprochó Malic Alavez movido por un anhelo de venganza que lo dominaba por completo. 
   -Poco, Muhammad, poco podemos hacer ya... Voy camino de Granada con mi gente y no puedo entretenerme demasiado, debo partir. Tan solo quería verte y avisarte para que estés prevenido. Los rumíes no pararán hasta conquistar cada rincón de nuestra tierra y tal vez en la próxima campaña le toque a Moclín. Las fronteras no son seguras y ésta es la puerta que puede abrir la vega de Granada. Debes estar preparado. 
    Muhammad Malic Alavez se quedó solo. Reflexionó sobre el discurso de su amigo y se preguntó si tendría razón, si los restos de Al Andalus estaban ya condenados, si Moclín caería en la siguiente campaña...  


jueves, 16 de mayo de 2013

LA CAÍDA DE LOS GIGANTES


Abro una nueva sección del blog para hablar sobre libros que he leído y comentar lo que me han parecido. No pretendo sentar cátedra, tan sólo quiero compartir, por si os valen, mis impresiones sobre esos libros que decido leer. 

El primero del que os voy a hablar es el último que ha caído en mis manos: La caída de los gigantes.
Ken Follet me atrapó con el mundialmente conocido "Los pilares de la tierra", un libro que me fascinó y que incluso me inspiró para lanzarme a crear mi primera novela histórica. Después de esta fantástica novela me atreví con "Un mundo sin fin", pero he de reconoceros que lo dejé a medias. Desde mi punto de vista, se trata de un libro hecho por encargo, al hilo del éxito del primero. No es un libro nacido de las entrañas del escritor, y eso se nota en el resultado. 
Sin embargo, con "La caída de los gigantes" me he reconciliado con el autor. La prosa es fluida y no resulta pesada, las historias enganchan y la descripción de la época me parece fascinante. Para mí, el gran mérito de Ken Follet es crear una compleja trama de personajes ficticios que interactúan entre sí y con otros personajes históricos, creando una red de vidas que realmente te atrapa. 
A nivel histórico se ve un trabajo laborioso de documentación, tanto a nivel de intrahistoria como de acontecimientos generales. Este aspecto también se valora. Por otra parte, me encanta que haya elegido la primera guerra mundial para ambientar su obra, ya que es una gran desconocida, siempre a la sombra de la segunda gran guerra. Los hechos que se narran nos ayudan a entender el sistema político y económico actual, que sin lugar a dudas es heredero del convulso siglo XX. 
Por tanto, a modo de resumen, me ha parecido una novela recomendable que me ha hecho pasar un buen rato y me ha enseñado una parte de la historia muy desatendida por los autores de novela histórica.

sábado, 11 de mayo de 2013

LA NOCHE EN BLANCO

Málaga ha vestido sus calles de cultura esta noche. Conciertos, museos abiertos, arte callejero, lecturas... la ciudad se ha convertido en espectáculo y las calles han sido tomadas de una manera muy diferente a como normalmente lo hacemos. El evento se llama "La noche en blanco". Esta noche no hay prisa, no hay agobios, no hay cabezas gachas mirando la pantalla del móvil mientras caminan evitando tropezar. Esta noche el arte ha asaltado la ciudad y, por lo que he visto, la gente ha sido su cómplice. Muchos se empeñan en decir que la "telebasura" tiene sentido porque es lo que vende, pero hoy miles de personas lanzadas a la calle para disfrutar de los espectáculos me han demostrado lo contrario. Han disfrutado de la música, de los museos y de las expresiones artísticas más sugerentes. 
Tal vez el problema con la cultura sea hacerla accesible, sacarla a calle, y dejar de "sacralizarla" como algo sólo alcanzable y deseable por unos pocos, por una parte, y conseguir que su precio sea más acorde al pueblo que la demanda, por otra. La cultura, por definición, no puede ser elitista, la cultura no es un bien exclusivo que sólo unos pocos pueden comprar. Hagamos de la cultura un derecho y un deber, porque sólo un pueblo culto está preparado para dirigir su destino...


martes, 7 de mayo de 2013

EL MISTICISMO EN LA NOVELA

Una novela es un texto complejo en el que tienen cabida muchas realidades. Al menos así debe ser. "El Escudo de Granada" es una novela histórica y, como tal, ofrece una descripción de un lugar concreto en un momento concreto (el reino de Granada a finales del siglo XV, cuando resistía con dificultad al acoso de Castilla y Aragón). Pero aparte de esto, también he intentado ofrecer una concepción del mundo que sea coherente con aquellos tiempos. Como eje argumental situé una historia de evolución personal de la que no voy a hablar demasiado por si lee esta entrada alguien que piense leer la novela y todavía no lo haya hecho. Al hilo de esta evolución inserté pinceladas de una forma de misticismo muy curiosa que en el reino de Granada tuvo mucha aceptación. Se trata del sufismo, el misticismo islámico, que supo coexistir con el malikismo oficial. 

El malikismo como corriente religiosa islámica defiende una postura conservadora, estática, que no deja mucho margen a la libre interpretación o al análisis de los textos. El sufismo en cambio es un camino de acercamiento a Dios con plena libertad y cierto individualismo. Precisamente esa libertad fue la que atrajo a muchos granadinos, sobre todo de las clases acomodadas. Granada era malikí, pero en multitud de hogares se leían las obras de santones, ascetas y místicos, y se practicaban sus técnicas de toma de conciencia. El sufismo (hay que especificar que dentro de esta forma de misticismo se engloban muchas escuelas particulares) aboga por la búsqueda de Dios dentro de uno mismo, como una realidad que está presente en nosotros. Al igual que las actuales formas de misticismo, busca una disolución del ser, entendido como construcción humana y mental, para conseguir conectar con nuestra alma, que es la forma en la que Dios reside en nosotros. De esta manera, la búsqueda de Dios se hace en el interior, a través de la meditación y del retiro de la realidad mundana. 

Debo reconocer que estas teorías siempre han llamado poderosamente mi atención y creo firmemente en los beneficios de la meditación como técnica de autoconocimiento e incluso de sanación.
Como me dijo Avihay, un gran místico de nuestros tiempos, la divinidad está en ti. Con esta afirmación como bandera podemos conseguir grandes logros.
Esta convicción se manifiesta en la novela a través de la historia central de evolución personal, un camino de mejora que emprende el protagonista y que cualquiera de nosotros puede emprender. 

miércoles, 1 de mayo de 2013

PROYECTOS


Un escritor vocacional (no entiendo otro tipo de escritor) no para de trabajar, ya sea documentando, ya sea escribiendo o corrigiendo. Cuando terminas un trabajo sientes una gran satisfacción, pero el hambre aprieta enseguida y sientes la necesidad urgente de embarcarte en otro proyecto. "El escudo de Granada" la terminé hace tiempo y, mientras buscaba editorial para publicarla, seguí trabajando en una nueva obra. Ahora ya está terminada esa segunda novela, en la que he intentado volcar todo lo aprendido en el proceso de creación de la primera. Pronto me pondré a trabajar en la tercera, mientras "El escudo de Granada" sigue su proceso de difusión en librerías y en Amazon. Para publicar la nueva novela esperaré unos meses, hay que agotar los procesos y respetar los tiempos. Como al vino, a una novela recién publicada hay que darle tiempo para que coja sabor. 

En este blog os mantendré informados sobre los avances en mi trabajo. Compartir la información con vosotros siempre es un placer.